Eh, te echo de menos.
Estás tardando mucho en volver y noto tu ausencia.
Echo de menos los besos en la frente, de esos que saben a un 'gracias por existir'.
Echo de menos los consejos, en general, echo de menos todas las palabras que salían de tu boca.
Echo de menos tus abrazos, los que en las tardes frías de noviembre me calentaron durante un corto mes y medio, este es el primero en el que me las veo bien putas bajo la lluvia; muriéndome
de frío.
Te echo de menos ati, el que me hacía no desviarme; ahora voy sin rumbo.
Y es que todo esto se me hace cuesta arriba, y los días dieciséis se me hacen insoportables, ayúdame. -Ostia, ¿qué hago?, ya se ha ido, no volverá.
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